Cracovia, una ciudad de cuento en el corazón de Europa

«Tengo muchísimos defectos, pero una virtud: la curiosidad por todo. Ese es mi motor. La vida es tan rica… Todo está lleno de variedad». La crónica de este viaje la arranco con una cita de Wislawa Szymborska, poeta polaca, Nobel de Literatura en 1996. Nadie mejor que ella y nada mejor que sus palabras sobre la curiosidad, que ha hecho de mí una viajera imparable, para inspirar mi visita a Cracovia.

Cracovia, una ciudad de cuento en el corazón de Europa

Viajar cura el alma. Enriquece la vida, abre la mente y toca el corazón. Lo descubrí en una etapa de mi vida en la que la magia de viajar curó una herida del alma. Pero es cierto que, aunque todos los destinos nutren, algunos marcan un antes y un después. Yo supe que Cracovia sería uno de ellos cuando conocí la obra de Viktor Frankl, fundador de la logoterapia. Llegué a este neurólogo y psiquiatra austriaco gracias a mi formación en Coaching Dialógico en el IDDI de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Su manera de ahondar en el sentido de la vida de los pacientes para superar sus crisis existenciales me cautivó y cuando leí su libro El hombre en busca de sentido, donde cuenta cómo este enfoque de vida le ayudó a sobrevivir a la terrible experiencia de los campos de concentración, supe que mi siguiente viaje sería a Cracovia, uno de los principales escenarios de este terrible capítulo de la historia. 

Viajar cura el alma. Enriquece la vida, abre la mente y toca el corazón. Lo descubrí en una etapa de mi vida en la que la magia de viajar curó una herida del alma. Pero es cierto que, aunque todos los destinos nutren, algunos marcan un antes y un después. Yo supe que Cracovia sería uno de ellos cuando conocí la obra de Viktor Frankl, fundador de la logoterapia. Llegué a este neurólogo y psiquiatra austriaco gracias a mi formación en Coaching Dialógico en el IDDI de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Su manera de ahondar en el sentido de la vida de los pacientes para superar sus crisis existenciales me cautivó y cuando leí su libro El hombre en busca de sentido, donde cuenta cómo este enfoque de vida le ayudó a sobrevivir a la terrible experiencia de los campos de concentración, supe que mi siguiente viaje sería a Cracovia, uno de los principales escenarios de este terrible capítulo de la historia. 

Elegí para ello finales de enero, coincidiendo con el Día del Holocausto, que cada 27 de enero conmemora la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau por parte de las tropas soviéticas. De algún modo, este fue mi pequeño homenaje personal a los seis millones de víctimas inocentes asesinados allí. Después de haber tomado contacto con esta realidad gracias a la exposición No hace mucho. No muy lejos, en el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid, mi visita a los campos de exterminio nazi resultó una experiencia vital sobrecogedora. El silencio, desgarrador, me hizo pensar en las palabras de Magda Hollander-Lafon, una superviviente del Holocausto: «Si estuviésemos en paz con nosotros mismos, ¿le declararíamos la guerra a los demás? Comprendí que la paz solo puede construirse si cada uno de nosotros encuentra o reencuentra el gusto por la propia existencia. El mañana está en mis manos».

Elegí para ello finales de enero, coincidiendo con el Día del Holocausto, que cada 27 de enero conmemora la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau por parte de las tropas soviéticas. De algún modo, este fue mi pequeño homenaje personal a los seis millones de víctimas inocentes asesinados allí. Después de haber tomado contacto con esta realidad gracias a la exposición No hace mucho. No muy lejos, en el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid, mi visita a los campos de exterminio nazi resultó una experiencia vital sobrecogedora. El silencio, desgarrador, me hizo pensar en las palabras de Magda Hollander-Lafon, una superviviente del Holocausto: «Si estuviésemos en paz con nosotros mismos, ¿le declararíamos la guerra a los demás? Comprendí que la paz solo puede construirse si cada uno de nosotros encuentra o reencuentra el gusto por la propia existencia. El mañana está en mis manos».

Frente al horror, el milagro de la vida y de la generosidad de aquellos que se enfrentaron a la barbarie. Uno de ellos fue Oskar Schindler, empresario alemán que salvó a 1.200 judíos de la muerte. Su fábrica de Cracovia, convertida en museo, rememora su labor, marcada por una máxima maravillosa: «La vida tiene sentido siempre que salves a personas». La historia de Schindler queda reflejada en la novela El arca de Schindler, llevada luego al cine por Spielberg con el título La lista de Schindler. Este empresario alemán convenció a los nazis de que unos 1.200 judíos resultaban imprescindibles para sacar adelante su fábrica de utensilios de campaña para el ejército y fue así como les salvó de una muerte inminente en las cámaras de gas. Y, aunque su figura resulta controvertida, la realidad está ahí y puede contemplarse en su museo: un hombre que llega a jugarse la vida por sus semejantes.

Frente al horror, el milagro de la vida y de la generosidad de aquellos que se enfrentaron a la barbarie. Uno de ellos fue Oskar Schindler, empresario alemán que salvó a 1.200 judíos de la muerte. Su fábrica de Cracovia, convertida en museo, rememora su labor, marcada por una máxima maravillosa: «La vida tiene sentido siempre que salves a personas». La historia de Schindler queda reflejada en la novela El arca de Schindler, llevada luego al cine por Spielberg con el título La lista de Schindler. Este empresario alemán convenció a los nazis de que unos 1.200 judíos resultaban imprescindibles para sacar adelante su fábrica de utensilios de campaña para el ejército y fue así como les salvó de una muerte inminente en las cámaras de gas. Y, aunque su figura resulta controvertida, la realidad está ahí y puede contemplarse en su museo: un hombre que llega a jugarse la vida por sus semejantes.

Estas experiencias desgarradoras, que han dejado su huella por toda la ciudad de Cracovia, son de por sí suficientes para removerte el alma, pero a ello hay que sumar el hecho de que esta ciudad está empapada del espíritu de uno de sus habitantes más destacados: el Santo Papa Juan Pablo II. Aunque nació en Wadowice, el pontífice hablaba de Cracovia como «la ciudad de mi vida»: allí pasó sus años de juventud, trabajó como obrero, estudió, se ordenó sacerdote y vivió como obispo y cardenal hasta su partida a Roma en 1978.

Estas experiencias desgarradoras, que han dejado su huella por toda la ciudad de Cracovia, son de por sí suficientes para removerte el alma, pero a ello hay que sumar el hecho de que esta ciudad está empapada del espíritu de uno de sus habitantes más destacados: el Santo Papa Juan Pablo II. Aunque nació en Wadowice, el pontífice hablaba de Cracovia como «la ciudad de mi vida»: allí pasó sus años de juventud, trabajó como obrero, estudió, se ordenó sacerdote y vivió como obispo y cardenal hasta su partida a Roma en 1978.

Entre los lugares con más fuerte vinculación al Santo Padre, hay que destacar el Castillo de Babel (en cuya catedral, concretamente en la cripta, ofició su primera misa para las personas más allegadas en 1946); el Palacio Arzobispal, donde vivió cuando fue obispo de Cracovia y donde, ya siendo Papa, se alojaba cuando viajaba a la ciudad; o la Universidad Jaguelónica, donde estudió (y que cuenta con otros estudiantes ilustres, como la Nobel de Literatura Wislawa Szymborska o el propio Copérnico).

Entre los lugares con más fuerte vinculación al Santo Padre, hay que destacar el Castillo de Babel (en cuya catedral, concretamente en la cripta, ofició su primera misa para las personas más allegadas en 1946); el Palacio Arzobispal, donde vivió cuando fue obispo de Cracovia y donde, ya siendo Papa, se alojaba cuando viajaba a la ciudad; o la Universidad Jaguelónica, donde estudió (y que cuenta con otros estudiantes ilustres, como la Nobel de Literatura Wislawa Szymborska o el propio Copérnico).

La Universidad Jaguelónica, la más antigua de Polonia, marca en buena parte el ritmo de la ciudad: una cuarta parte de los habitantes de Cracovia son estudiantes y esto hace que el ambiente universitario se respire en muchas calles, que los cafés sean grandes protagonistas y que la cultura empape el día a día de la ciudad. Vinculada a ella hay que destacar el Collegium Maius, un perfecto ejemplo de arquitectura gótica que ahora acoge el Museo de la Universidad Jaguelónica, que cuenta con un cuarto dedicado a Copérnico y a sus instrumentos astronómico-astrológicos del siglo XV. El Collegium Maius ha sido emblema de la intelectualidad cracoviana. Tanto es así, que allí arrestaron por sorpresa a los intelectuales durante la II Guerra Mundial.

La Universidad Jaguelónica, la más antigua de Polonia, marca en buena parte el ritmo de la ciudad: una cuarta parte de los habitantes de Cracovia son estudiantes y esto hace que el ambiente universitario se respire en muchas calles, que los cafés sean grandes protagonistas y que la cultura empape el día a día de la ciudad. Vinculada a ella hay que destacar el Collegium Maius, un perfecto ejemplo de arquitectura gótica que ahora acoge el Museo de la Universidad Jaguelónica, que cuenta con un cuarto dedicado a Copérnico y a sus instrumentos astronómico-astrológicos del siglo XV. El Collegium Maius ha sido emblema de la intelectualidad cracoviana. Tanto es así, que allí arrestaron por sorpresa a los intelectuales durante la II Guerra Mundial.

La ruta universitaria es solo una de las numerosas opciones culturales que se pueden disfrutar en Cracovia. Entre ellas destaca el Camino Real, un camino histórico que arranca en la puerta principal de la ciudad, muy cerca del Hotel Indigo, donde me alojé. En este edificio con dos siglos de historia, la palabra «descanso» toma todo su sentido: su decoración, contemporánea y acogedora, se suma al encanto del personal del hotel. Sus desayunos son el comienzo perfecto para un día de no parar y, de hecho, la cocina es uno de sus fuertes: la dirige el chef Marcin Sottys, que también llevó las cocinas de Wirzynek, uno de los restaurantes de gastronomía polaca más importantes de Cracovia. A todo ello se añade su magnífica ubicación, a unos minutos a pie del casco antiguo. 

La ruta universitaria es solo una de las numerosas opciones culturales que se pueden disfrutar en Cracovia. Entre ellas destaca el Camino Real, un camino histórico que arranca en la puerta principal de la ciudad, muy cerca del Hotel Indigo, donde me alojé. En este edificio con dos siglos de historia, la palabra «descanso» toma todo su sentido: su decoración, contemporánea y acogedora, se suma al encanto del personal del hotel. Sus desayunos son el comienzo perfecto para un día de no parar y, de hecho, la cocina es uno de sus fuertes: la dirige el chef Marcin Sottys, que también llevó las cocinas de Wirzynek, uno de los restaurantes de gastronomía polaca más importantes de Cracovia. A todo ello se añade su magnífica ubicación, a unos minutos a pie del casco antiguo. 

A pocos pasos del Hotel Indigo comienza este Camino Real que concluye en el Castillo Real de Wawel y que permite descubrir auténticos tesoros arquitectónicos de Cracovia, como la iglesia de San Florián (donde San Juan Pablo II fue párroco), la calle Florianska (muy comercial y con edificios de viviendas históricas muy interesantes), la Plaza Mayor (de 20.000 metros cuadrados, una de las tres plazas más grandes de Europa), la basílica de Santa María (que cuenta con el altar gótico más grande de Europa), la Lonja de los Paños (un edificio de construcción medieval que alberga el Museo de Arte Polaco, con preciosas tiendas de artesanía), la calle Grodka (muy concurrida, llena de tiendas con producto local), el Monasterio de Franciscanos del S.XIII y el Castillo Real de Wawel. Esta construcción es renacentista y, entre otros tesoros, cuenta con una magnífica colección de arras, así como otra colección de arte oriental. En el castillo se encuentra también la catedral, un templo gótico en cuya cripta se encuentran enterrados los reyes y los obispos de Polonia. La visita a la torre es obligada, para disfrutar de sus espectaculares campanas, pero tampoco hay que perderse la capilla renacentista, con una bellísima cúpula dorada. Y, para que no le falte de nada, la colina de Wawel cuenta con su propia leyenda: en su cueva caliza cuenta la leyenda que vivió el Dragón de Wawel, que tenía mucha agua y bebía hasta explotar.

A pocos pasos del Hotel Indigo comienza este Camino Real que concluye en el Castillo Real de Wawel y que permite descubrir auténticos tesoros arquitectónicos de Cracovia, como la iglesia de San Florián (donde San Juan Pablo II fue párroco), la calle Florianska (muy comercial y con edificios de viviendas históricas muy interesantes), la Plaza Mayor (de 20.000 metros cuadrados, una de las tres plazas más grandes de Europa), la basílica de Santa María (que cuenta con el altar gótico más grande de Europa), la Lonja de los Paños (un edificio de construcción medieval que alberga el Museo de Arte Polaco, con preciosas tiendas de artesanía), la calle Grodka (muy concurrida, llena de tiendas con producto local), el Monasterio de Franciscanos del S.XIII y el Castillo Real de Wawel. Esta construcción es renacentista y, entre otros tesoros, cuenta con una magnífica colección de arras, así como otra colección de arte oriental. En el castillo se encuentra también la catedral, un templo gótico en cuya cripta se encuentran enterrados los reyes y los obispos de Polonia. La visita a la torre es obligada, para disfrutar de sus espectaculares campanas, pero tampoco hay que perderse la capilla renacentista, con una bellísima cúpula dorada. Y, para que no le falte de nada, la colina de Wawel cuenta con su propia leyenda: en su cueva caliza cuenta la leyenda que vivió el Dragón de Wawel, que tenía mucha agua y bebía hasta explotar.

Otros lugares de visita imprescindible en el casco viejo de Cracovia son el Planty Park (muy agradable para pasear, donde os recibirá una escultura de Jan Matejko, un artista cracoviano de gran importancia, puesto que fue el primer profesor en la Academia de Arte de la ciudad.

Otros lugares de visita imprescindible en el casco viejo de Cracovia son el Planty Park (muy agradable para pasear, donde os recibirá una escultura de Jan Matejko, un artista cracoviano de gran importancia, puesto que fue el primer profesor en la Academia de Arte de la ciudad.

Católicos y judíos han vivido en Cracovia en perfecta armonía durante siglos. Así lo demuestra el barrio judío de la ciudad, también llamado Kazimierz. En él destacan la calle principal, el cementerio y el mercado, que antiguamente era un matadero de carne. Tampoco os podéis perder la instalación de arte conceptual Memorial de las sillas. Ubicado en la plaza Bohaterów, donde se seleccionaba a los judíos que iban a llevar al capo de concentración, es un homenaje de Roman Polanski a los judíos que tuvieron que pasar por este martirio. El propio director de cine vivió el terror del Holocausto en su familia: logró escapar de los campos de concentración gracias a que sus padres lograron esconderlo con una familia católica.

Católicos y judíos han vivido en Cracovia en perfecta armonía durante siglos. Así lo demuestra el barrio judío de la ciudad, también llamado Kazimierz. En él destacan la calle principal, el cementerio y el mercado, que antiguamente era un matadero de carne. Tampoco os podéis perder la instalación de arte conceptual Memorial de las sillas. Ubicado en la plaza Bohaterów, donde se seleccionaba a los judíos que iban a llevar al capo de concentración, es un homenaje de Roman Polanski a los judíos que tuvieron que pasar por este martirio. El propio director de cine vivió el terror del Holocausto en su familia: logró escapar de los campos de concentración gracias a que sus padres lograron esconderlo con una familia católica.

El arte contemporáneo tiene gran protagonismo en Cracovia. El Museo de Arte Contemporáneo (MOCAK) cuenta con una nutrida representación de artistas cracovianos de los años 70, como Monika Drozynska, Iwona Demko, Joanna Karpowicz, Bartek Materka, Wilhelm Sasnal, Rafael Borcz, Karolina Kowalska o Kinga Nowak. También es interesante visitar el Museo Nacional o Muzeum Narodowe. Cuenta con varios edificios y yo en concreto disfruté de la exposición dedicada a la Nobel Wislawa Szymborska.

El arte contemporáneo tiene gran protagonismo en Cracovia. El Museo de Arte Contemporáneo (MOCAK) cuenta con una nutrida representación de artistas cracovianos de los años 70, como Monika Drozynska, Iwona Demko, Joanna Karpowicz, Bartek Materka, Wilhelm Sasnal, Rafael Borcz, Karolina Kowalska o Kinga Nowak. También es interesante visitar el Museo Nacional o Muzeum Narodowe. Cuenta con varios edificios y yo en concreto disfruté de la exposición dedicada a la Nobel Wislawa Szymborska.

Otra visita cultural imprescindible para cualquier viajero que vaya a Cracovia son las minas de sal de Wieliczka, a unos 20 kilómetros de la ciudad. Se trata de una maravilla que funde la belleza de la naturaleza con el trabajo del hombre, excavadas en el siglo XIII a 327 metros bajo tierra, y declaradas Patrimonio Mundial de la Unesco. Nosotros, guiados por la maravillosa Agata Marzec, llegamos hasta el nivel 3 (a unos 130 metros de profundidad) y descubrimos la espectacular capilla subterránea de Santa Kinga, patrona de los mineros saliníferos, con estatuas de sal del artista Wladyslaw Hapek que retratan a personajes históricos que han visitado las minas, desde el rey Casimiro el Grande hasta San Juan Pablo II, pasando por Copérnico, Goethe o Chopin.

Otra visita cultural imprescindible para cualquier viajero que vaya a Cracovia son las minas de sal de Wieliczka, a unos 20 kilómetros de la ciudad. Se trata de una maravilla que funde la belleza de la naturaleza con el trabajo del hombre, excavadas en el siglo XIII a 327 metros bajo tierra, y declaradas Patrimonio Mundial de la Unesco. Nosotros, guiados por la maravillosa Agata Marzec, llegamos hasta el nivel 3 (a unos 130 metros de profundidad) y descubrimos la espectacular capilla subterránea de Santa Kinga, patrona de los mineros saliníferos, con estatuas de sal del artista Wladyslaw Hapek que retratan a personajes históricos que han visitado las minas, desde el rey Casimiro el Grande hasta San Juan Pablo II, pasando por Copérnico, Goethe o Chopin.

La gastronomía es otro de los puntos fuertes del viaje a Cracovia: no solo es deliciosa, sino que además resulta baratísima. No os podéis perder las sopas reconstituyentes (sobre todo la de champiñones y el consomé con dumplings), los obwarzanki (como pretzles redondos), los pierogi (una especie de ravioli rellenos), los bigos (col con carne), el steak tartar, la cerveza polaca Tyskie o el racuchy (crepes con manzana). Cracovia, además, es la ciudad ideal para adictos al chocolate, porque es delicioso y está por todas partes, aunque destacaría Goralskie Praliny, donde encontraréis unos bombones deliciosos, así como Prowincia, donde disfrutaréis de un magnífico chocolate caliente. Las direcciones gastro imprescindibles en Cracovia nos llevan a Café Camelot (con un ambiente único), Alquemia (un café muy chulo en el barrio judío), Singer Klub (también en el barrio judío, donde las mesas son antiguas máquinas de coser de la marca que da su nombre al local), el restaurante Szara Ges (con un pato exquisito), Orzo (un restaurante perfecto para una comida informal justo al lado del MOCAK), Szara Krakow (todo un clásico en la Plaza del Mercado), Pod Banerem (un referente en cocina clásica polaca, frecuentado por los políticos de la ciudad), Pod Wawelem (con un ambiente súper especial con violines), Moomoo (el paraíso de los amantes de la carne) y Mercy Brown (para rematar con un cóctel súper especial, que te preparan inspirándose en tus recuerdos personales).

La gastronomía es otro de los puntos fuertes del viaje a Cracovia: no solo es deliciosa, sino que además resulta baratísima. No os podéis perder las sopas reconstituyentes (sobre todo la de champiñones y el consomé con dumplings), los obwarzanki (como pretzles redondos), los pierogi (una especie de ravioli rellenos), los bigos (col con carne), el steak tartar, la cerveza polaca Tyskie o el racuchy (crepes con manzana). Cracovia, además, es la ciudad ideal para adictos al chocolate, porque es delicioso y está por todas partes, aunque destacaría Goralskie Praliny, donde encontraréis unos bombones deliciosos, así como Prowincia, donde disfrutaréis de un magnífico chocolate caliente. Las direcciones gastro imprescindibles en Cracovia nos llevan a Café Camelot (con un ambiente único), Alquemia (un café muy chulo en el barrio judío), Singer Klub (también en el barrio judío, donde las mesas son antiguas máquinas de coser de la marca que da su nombre al local), el restaurante Szara Ges (con un pato exquisito), Orzo (un restaurante perfecto para una comida informal justo al lado del MOCAK), Szara Krakow (todo un clásico en la Plaza del Mercado), Pod Banerem (un referente en cocina clásica polaca, frecuentado por los políticos de la ciudad), Pod Wawelem (con un ambiente súper especial con violines), Moomoo (el paraíso de los amantes de la carne) y Mercy Brown (para rematar con un cóctel súper especial, que te preparan inspirándose en tus recuerdos personales).

Un último detalle: Cracovia es la ciudad ideal para alargar unas vacaciones navideñas, puesto que en Polonia la Navidad concluye el 6 de febrero y, hasta entonces, calles y comercios se engalanan con preciosas luces y motivos que te transportan a un precioso cuento en pleno corazón de Europa.

Un último detalle: Cracovia es la ciudad ideal para alargar unas vacaciones navideñas, puesto que en Polonia la Navidad concluye el 6 de febrero y, hasta entonces, calles y comercios se engalanan con preciosas luces y motivos que te transportan a un precioso cuento en pleno corazón de Europa.

Para más información:
www.polonia.travel

4 Comments

  1. Hola, muchas gracias por la información! Hay alguna forma en que me puedan dar más información de esto? Para poder hacer una publicación en mi universidad? https://uautonoma.cl/ Muchas gracias de anticipación!

  2. Hay historias que remueven todo el alma. Poder viajar y conocer sitios e historias nuevas es un auténtico lujazo.
    Besos.

    Gemeladas

  3. Perfecta Ciudad, muy visitable!!

    Saludos desde León (España)!!!
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  4. Excelente, magnífico descubrimiento …. me encanta !! gracias por compartir, slds, Mila

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