Es la tercera vez que piso suelo veneciano y cada vez que lo hago, más me enamora esta preciosa ciudad italiana. En esta ocasión, al tener como único día libre para patear Venecia, el martes, día en el que desgraciadamente todos los museos cierran, me dediqué a descubrir otros rincones que no tuve ocasión de ver antes.
Una de las experiencias más divertidas de mi tournée fue la de recorrer el Mercado Rialto, situado justo al lado del famoso puente, y al cual llegué en vaporetto desde la Plaza de San Marcos.
Ver el animado movimiento entre compradores y vendedores, mientras disfrutaba de una romántica música de fondo en vivo y directo, me pareció lo más. Además, se me hacia la boca agua observando, con el modo window shopping activado, todos los productos gastronómicos, típicamente italianos, frescos y de primerísima calidad. Hace tiempo que no veía un pescado con tan buena pinta!!
Pasear por las callejuelas de Venecia es asombroso, a cada paso, la ciudad te va regalando imágenes como éstas y como ya sabéis que soy una apasionada de la fotografía, captar esos momentos es lo que más me hacía disfrutar!!
Después de un tiempo paseando, llegamos a la Plaza de San Marcos, la cual relucía con el solazo que hacía. El día era espléndido y las palomas no paraban de juguetear, lástima que la Basílica no se podía admirar completamente, ya que su fachada se estaba restaurando☹!!
Después del fantástico paseo y de escuchar a mi madre las súplicas para parar un ratito a descansar (cuando viajo, mi emoción por descubrir es tal, que es muy difícil frenarme!!), decidimos hacer un break para comer en Da´Raffaele, uno de de los restaurantes más tradicionales de la ciudad. Disfrutamos de un almuerzo muy italiano (me apasiona la cocina italiana!!) junto a uno de los canales, por el cual no paraban de pasar coquetos gondoleros que cantaban alegremente a sus turistas!!
La tarde avanzaba y antes de que anocheciera, quería aprovechar para visitar la Factoría Fortuny, fundada en 1919 por el artista español Mariano Fortuny, donde se pueden encontrar sus famosos brocados. En 1927 después de que la famosa diseñadora de interiores neoyorkina, Elsie McNeill, viera por primera vez los tejidos de Fortuny en el Museo Carnavalet y se enamorara de ellos, le propuesto al artista ser la distribuidora americana, en exclusiva, de sus tejidos. El 1949 muere Mariano Fortuny y su mujer, Henriette, le pide a Elsie que se ocupe de la factoría y de la compañía. Ella accede encantada y se casa con el Conde Italiano Alvise Gozzi, momento a partir del cual empiezan a llamarla “La Condesa”. Cuando ella fallece, dejó la compañía a cargo de su confidente, Maged Riad, la cual pasa la dirección de la compañía a sus hijos Mickey y Maury. La Factoría Fortuny está situada en la isla de Giudecca, a unos 20 minutos andando del Belmond Hotel Cipriani donde yo me alojaba. Este paseo marítimo, al atardecer, fue de lo más apetecible. Por cierto, impresionantes me parecieron los jardines de la Factoría!!
Después de esta interesante visita, corrí al hotel para cambiarme porque había quedado a cenar con unos amigos italianos muy queridos que nos habían organizado una cena en su casa a mi madre y a mí!!
El trayecto en barca desde el hotel a la Plaza de San Marcos coincidió con la puesta de sol. Fue un momentazo de película!!
Venecia de noche también tiene gran encanto y, sobre todo, es romántico a tope…Aquí os dejo algunas imágenes…Desde la azotea de casa de mis amigos se podían admirar, entre otras maravillas, la Basilica de Santa Maria della Salud y el Museo Guggenheim, donde se muestra la colección personal de Peggy Guggeheim de arte del siglo XX. Está situado en el Palacio Venier dei Leoni también conocido con el nombre de palacio inacabado.
Además, poder asistir un fantástico concierto en el interior de un palacio veneciano organizado en Musica Palazzo, fue la guinda para que la noche resultara perfecta!!Sentí estar en el escenario de una de mis películas preferidas, “Más fuerte que su destino”.
Otras curiosidades que descubrí en este viaje y que quería compartir con vosotros…
Mis amigos italianos me contaron sobre el palacio situado justo enfrente de su casa, Palazzo Dario, que detrás de él se esconden un sinfín de historias terribles, y de ahí que le llamen la Mansión Maldita. Fue Giovanni Darío en 1487 la persona que encargó su construcción al arquitecto Pietro Lombardo y fue supuestamente sobre un antiguo cementerio templario. La primera “víctima” de esta casa encantada fue Marieta, la hija de Giovanni Darío, que murió agobiada por las deudas en 1515. A partir de entonces se sucedieron otra serie de hechos que hicieron que todos los que se hacían con la propiedad de Ca´Dario acabaran arruinados, asesinados, suicidados o muertos en trágicos accidentes. Entre ellos están Christopher “Kit” Lambert (Manager del grupo The Who), el italiano Fabricio Ferrari, el magnate Raoul Gardini (en la foto con el Rey Juan Carlos y Gianni Agnelli). Cuentan que Woody Allen estaba decidido a comprarla pero se arrepintió a última hora
La otra cosa que quería contaros es sobre la Condesa Marie Brandolini, diseñadora de una cristalería muy especial. Ella desgraciadamente falleció hace poco tiempo a causa de un cáncer, siendo aún joven (50 años aproximadamente). Estaba casada con Brando, hijo de Cristiana Agnelli, hermana de Gianni. Marie fundó la compañía Lagunab y después de su muerte, su familia ha continuado con su negocio. Sus productos se venden, previa cita, en su palacio familiar de Venecia, Palazzo Brandolini d´Adda y también en una exclusiva tienda de Londres.
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