Hoy estreno la sección “Invitado VIP” de Maria Leon Style con Alejandra Vallejo-Nágera. Alejandra es psicóloga, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, en el Instituto de Empresa (IE) y en ESIC Business & Marketing School. Colabora semanalmente en RNE, prensa y TV. Ha publicado más de 30 libros, algunos de los cuales se han traducido a varios idiomas. También es miembro del Parlamento Cultural Europeo.
Aquí os dejo la interesante conversación que tuve con ella sobre la psicología de la moda…
¿Por qué la moda y la psicología están más relacionadas de lo que pueda parecer a simple vista?
Aunque no seamos conscientes de ello, la mayoría de las personas identificamos nuestro cuerpo con nuestra casa. Una casa íntima, privada y esencial. En este sentido, la moda actúa como una especie de decoración que nos permite afianzar nuestra identidad y la relación que tenemos con nuestro físico: podemos ser transgresores o amigos de pasar inadvertidos, innovadores o aficionados al pasado, cuidadosos de de nuestro cuerpo o desinteresados del mismo, vigilantes o comodones, minimalistas o barrocos. En nuestra forma de vestir explicamos a otros quiénes somos, cómo queremos que nos vean y cuál es nuestro estado anímico. Mis preferencias, por ejemplo, se inclinan hacia la ropa cómoda, limpia (de formas) y bonita. Parece obvio y seguramente algunas personas que lean esto se preguntarán ¿y quién no? En efecto, la mayoría de la gente considera indispensables estos atributos. Lo que varía entre unos y otros es el orden en que se mencionan.
¿Hay relación entre la ropa y las emociones?
¡Por supuesto! Los profesionales del comportamiento humano nos fijamos mucho en la elección del vestuario de la persona que tenemos enfrente. La rigidez, el desaliño, el caos, la estridencia, la exhibición de tal o cual marca, la armonía, el realce de las virtudes o defectos físicos, la elección de colores… todo ello hace de espejo que refleja cómo se siente la persona con respecto a sí misma; cómo se trata y cómo se relaciona con los demás.
A ojos del buen observador, la ropa actúa como farol que señala la confianza, el éxito, la flexibilidad, el poder adquisitivo de la persona e incluso, lo que resulta más llamativo, a nivel inconsciente nos empuja en apenas 5 segundos a confiar o desconfiar de alguien sólo por el atuendo que lleva en ese momento.
¿Puedo deducir de lo anterior que la ropa que usamos anuncia nuestro estado mental y anímico?
Existe una fuerte relación entre el atuendo y el comportamiento. En el año 2012 una investigación científica llevada a cabo en la Universidad de Hertfordshire (* Karen Pine Phd & Co.) demostró cómo el guardarropa es un espejo del estado de la mente. Esto lo acabo de mencionar, pero aquí viene la sorpresa: el 70% de la gente que experimenta estados de tristeza utiliza pantalones vaqueros como elección prioritaria sobre otras posibilidades. Sólo un 30% elige los vaqueros en estados de felicidad. Está demostrado que no elegimos al azar ni colorido ni forma. La tristeza invita a elegir ropa holgada que esconde el cuerpo, cosa que no sucede cuando la persona está feliz. El 72% de las personas usan su prenda o complementos favoritos cuando están contentas, mientras que lo viejo y amorfo se elige en estados depresivos. Esto demuestra que la moda no sólo influye en lo que otros opinan de nosotros, sino también y muy particularmente, en cómo nos hablamos a nosotros mismos en un momento dado. Los colores apagados o luminosos así como la frecuencia en que los usamos también reflejan nuestro estado emocional.
¿Qué nos empuja internamente a elegir una prenda en lugar de otra?
En la relación con uno mismo, el vestuario es tan importante que nuestros compartimentos vitales se acompañan de ropa acorde. Las prendas que usamos nos ayudan a tomar mejor contacto con el momento que transitamos; actúa como símbolo y como vehículo. En lo que a ropa se refiere, tenemos nuestros propios códigos y éstos difieren entre sí cuando trabajamos, estamos en familia, compartimos con amigos o estamos solos. Es algo que sucede incluso en las culturas más primitivas: el ropaje y complementos difieren al cazar, negociar con la tribu colindante, casarse o bailar para pedir tal o cual cosa a los dioses.
Damos valor a los momentos especiales eligiendo prendas acordes: un encuentro romántico, una boda, una celebración, la asistencia a un estreno, una fiesta. La gente, cuando se toma interés en vestirse bien, también se toma más interés en valorar el lugar al que acudirá así vestido. Por eso me produce lástima observar cómo en España se ha ido perdiendo el cuidado en el vestir a la hora de asistir a un espectáculo de ópera o a un concierto. Me duele ver a tantos artistas, con una formación exigentísima y que se lo juegan todo en el escenario, que tengan que contemplar desde el mismo a unos espectadores en camiseta, pantalón pirata y zapatillas de senderismo. Tiene que ser bastante desolador. En los países extranjeros no se concibe tal cosa y me pregunto por qué en los teatros y salas de concierto no hay unas normas de vestuario mientras sí que existen (y bien rígidas, por cierto) en las discotecas, donde los adolescentes tienen prohibida la entrada en zapatillas deportivas.
¿Qué les pasa a las “fashion victims”?
Cómo su nombre indica, son víctimas. El consumo irresponsable de moda es parecido al de la compulsión a la cirugía estética. Busca anestesiar la insatisfacción interna y acentúa la adicción a la aprobación externa. Una fashion victim puede gastar en ropa más dinero del que tiene, con los consiguientes descalabros para la economía personal o familiar. Normalmente no conservan demasiado tiempo la ropa que compran porque lo esencial es tapar el cuerpo con novedades que actúan de símbolo renovador. Cuando la situación se vuelve límite, estas personas necesitan una terapia psicológica de “desprogramación” similar a la que se requiere en cualquier tratamiento de adicción.
¿Damos demasiada importancia a la moda?
El término “demasiado” es la línea que demarca lo razonable de lo desmesurado. Es saludable desear verse bien y que le vean a uno bien. Es idóneo poner cuidado en el aspecto. Sin embargo, pasarse, como en cualquier otra cosa, es insano y puede llegar a convertirse en un auténtico drama en algunos casos.
La industria de la moda es un negocio fructífero y tiene una gran importancia en la economía mundial. El patrón de consumo ha cambiado en función de la bonanza económica: ya no se busca una prenda buena de larga duración. Ahora impera el cambio continuado, la renovación constante por encima de la permanencia en el tiempo. De ahí que no importe tanto la materia prima como el corte de ropa.
Otro factor social que se ha modificado es la moda como identidad de cultura o país. En tiempos de mis padres se podía identificar el origen geográfico o el estatus socioeconómico de alguien por la ropa que llevaba. Ahora, vayas donde vayas, las personas se visten igual y las tiendas son idénticas en Senegal, Tokio o Toronto. Progenitores e hijos se intercambian la ropa, algo que era impensable hace 30 años. Sólo la afiliación religiosa mantiene en el mundo un sello diferencial.
¿Qué es para ti la elegancia?
Cualquiera puede hacer cosas opulentas, provocadoras y, en mi opinión, violentas. Hace falta tener un toque de exquisitez y no poca personalidad para ir en la dirección contraria. Eso es para mí la elegancia.
¿Crees que es sostenible el mundo de la alta costura?
Las obras de arte nunca han sido rentables a corto plazo.
Estamos de acuerdo con ella! Se nota que sabe mucho y entiende lo que es la moda en realidad! Saludos 😀
Muy interesante la nueva sección!!
Muy interesante entrevista y muy a tener en cuenta…
Nos ha encantado la entrevista, gracias por compartir
Te invitamos a pasar por nuestro blog
https://conchavelablog.wordpress.com/
¡Un abrazo!
Maria: de top. *****MIL GRACÍAS! Muy bueno («muito bom» en Portugués)!!!!
Quisiera saber cual es la terapia que Alejandra ha comentado en radio RNl como su preferida por la eficacia de la misma, y la actualidad también de esta terapia, siendo su preferida.
Segura de ser atendida, la saluda
Aurora Blanco Miguel
Me parece muy interesante su estudio sobre Psicología y Moda.
Cómo conseguir formación sobre este tema o como trabajar sobre ello.
Imparte Alejandra Vueero Vallejo clases , seminarios o similares.
Hola!
Encontré muy interesante este artículo. Me hace mucho sentido que con el fast fashion el estilo o identidad personal se está perdiendo, porque todos visten igual en parte del mundo.
Seguiré investigando sobre este tema.
Dejo mi enlace por si les interesa conocer mi web http://www.damarivergara.com
Sígueme en Instagram @damarivergara
Saludos!